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Es la capacidad que tenemos las personas para estar sentadas.
Por ejemplo, una persona que usa a diario una silla de ruedas y que realiza desde ahí sus actividades cotidianas, debe cuidar su correcta postura corporal.
Así evitaremos dolores, acortamientos musculares y deformaciones que pueden surgir con el paso del tiempo.
Es por eso que en estos últimos años he puesto mi foco en la SEDESTACIÓN, viendo restultados estupendos y no solo en personas usuarias en sillas de ruedas sino también en personas que simplemente tienen que pasar demasiado tiempo sentadas.
Veamos la definición de Francesc Octavio en la que define la sedestación como “la posición en la que el ser humano mantiene la verticalidad a través del apoyo de su pelvis sobre la base de sustentación, total o parcial”.
Podemos concluir que una persona que mantiene una buena sedestación se basa en dos factores, su control postural y el apoyo de su pelvis.
Una base de apoyo inestable para la pelvis dificulta la sedestación, aunque haya una buena capacidad de recolocación postural. Y a la inversa, si el control postural es deficitario, la posición de la pelvis en el asiento tiene que trabajar a beneficio de este control postural hasta conseguir una sedestación funcional.
¿Qué pasa en usuarios de sillas de ruedas? El factor tiempo
Pensemos ahora en personas que usan silla de ruedas. Ahora que sabemos que la base de apoyo y el control postural van íntimamente ligados, añadamos el factor tiempo.
Si la base de apoyo no está adaptada a la persona, seguramente el cuerpo de ésta empiece a desarrollar compensaciones para solventar los problemas, sobre todo si pasa mucho tiempo sentada. Pero aún esto se agrava más en personas que no tienen capacidad de recolocación. El cuerpo busca las maneras de mantener el equilibrio y, en la mayoría de los casos de personas con grandes necesidades de apoyo, lo que vemos son secuelas posturales de sus síndromes por una mala postura mantenida en el tiempo.
Una persona que usa a diario una silla de ruedas y que realiza desde ahí todas sus actividades cotidianas, debe cuidar la postura que mantiene en la silla para evitar dolores, lesiones en la piel, acortamientos musculares y deformaciones que pueden surgir con el paso del tiempo.
En mi trabajo como terapeuta ocupacional en un centro con personas con grandes necesidades de apoyo, he podido comprobar los beneficios de una buena sedestación, y cómo ésta mejora la calidad de vida de las personas, sobre todo de aquellas que a nivel físico están más afectadas.
Estas mejoras nunca han ido asociadas a sus edades, patologías o condiciones personales, se han logrado gracias a la experiencia en el ámbito terapéutico, la disposición al cambio de la persona y un buen trabajo en red dentro del equipo multidisciplinar y la familia.
Es por ello que en el año 2020 empiezo a especializarme en sedestación y posicionamiento neurológico, a trabajar con profesionales de renombre en el ámbito y ahí es cuando cambio mi visión hacia la sedestación terapéutica, entendiendo que el cambio no es una silla nueva, si no que podemos usar esa silla para trabajar a favor de la persona que en ella se sienta. Este cambio es un proceso lento que requiere tiempo y revisión constante.
Te voy a hablar de cambios y situaciones que he vivido mientras los usuarios/as con quién he trabajado se han visto beneficiadas/os mejorando notablemente su calidad de vida.
Estos cambios nunca han ido asociados a sus edades, patologías o condiciones personales, pero sin embargo si ha habido un común denominador en todos ellos/as, y ha sido su disposición al cambio sumado a un gran trabajo en red entre nosotros los profesionales y la familiares.
Como terapeuta ocupacional la prioridad es la funcionalidad de la sedestación.
Partiremos de la siguiente premisa: si la persona tiene una mala postura en sedestación, y además la mantiene en el tiempo (porque es incapaz de recolocarse), entenderemos que está más expuesta a sufrir daños.
Éstos pueden ser acortamientos musculoesqueléticos, aumento de las deformidades, lesiones en la piel y déficits en la función de algunos órganos.
Pero no podemos olvidarnos de la función de los miembros superiores. La evidencia científica (y clínica) nos dice que: un buen control de tronco y una base estable de pelvis mejora la capacidad funcional de los miembros superiores, tanto en destreza, como en control motor.
¿Qué significa esto? Que la sedestación influye directamente en las actividades de la vida diaria.
Una correcta sedestación mejora los alcances (coger una chaqueta de la percha), la coordinación bimanual (echar la pasta de dientes en el cepillo), el rango articular (peinarse la parte posterior del cabello), la fuerza (para auto propulsarse en la silla de ruedas), y en definitiva todas las actividades que requieran el uso de los brazos.
En personas usuarias de sillas de ruedas, que tengan movimientos autónomos y puedan cambiar su postura a lo largo del día, tendremos en cuenta también el factor: desgaste energético.
En personas que no pueden recolocarse, y que, debido a deformidades, acortamientos musculares y otras limitaciones, requieren añadir ayuda externa para poder mantener esa postura adecuada, será necesario el uso de soportes secundarios.
Los controles laterales de tronco, cabeceros y los cinturones pélvicos son ejemplos de soportes secundarios. Con una buena elección y adaptación tanto de estos soportes como de una silla de ruedas podemos asegurar una buena sedestación y por tanto una mejora notable en la calidad de vida.
Y ahora que sabes lo importante que es una BUENA SEDESTACIÓN, necesitas saber cuál es mi papel en este proceso y cómo puedo ayudarte a elegir una buena silla
Desde 2016 trabajo como terapeuta ocupacional en un centro de inclusión y oportunidades para personas con incapacidad intelectual.
He trabajado con decenas de personas a las que las conozco muy bien; he visto su proceso de cambio a una silla con enfoque terapéutico, desde el principio, día a día, en primera persona.
Esta experiencia me ha permitido desarrollar una metodología propia bien adaptada a esta problemática sobre la que apenas hay estudios y métodos.
Ya imagináis mi felicidad y mis ganas de ponerme en marcha después de todo lo observado durante mi etapa como cuidadora.
Para poneros en situación, estamos hablando de un centro que cuenta con 120 usuarios/as y no había ni una cuchara adaptada aún, así que había mucho trabajo por delante!.
Durante el pasar del tiempo he ido poniendo foco en la SEDESTACIÓN porque precisamente es un área donde mayores beneficios he visto, llegando a conseguir resultados realmente fabulosos, de los cuales especialmente destacaría los ejemplos sobre como personas que estaban muy lejos de sentir conexión con el entorno, han podido finalmente mirar hacia delante explorando el mundo que les rodeaba y además conectar con otras personas!.
Un visión además que abrió en la globalidad no solo de las personas con discapacidad sino en las personas saludables que tienen que pasar mucho tiempo sentadas. Durante estos años he trabajado junto a grandes profesionales de los cuales he podido aprender mucho desde la teoría hasta la práctica que hemos ido desarrollando en el centro.
Las personas con grandes necesidades de apoyo usan la silla de ruedas a diario, por lo tanto es de vital importancia que estén cómodos si ser lo único nos debe interesar, ya que también debemos mirar por corregir deformidades, asegurar el buen funcionamiento de órganos vitales, acceso al entorno y actividades o la funcionalidad de sus miembros superiores.
Beneficios de una buen sedestación:
Para una persona que va de la cama a la silla, y de la silla a la cama es crucial que su silla tenga una mirada terapéutica. Desde la práctica te puedo decir que he visto cambios brutales, y no sólo biomecánicos, he visto mejoras en problemas de insomnio, estreñimiento, deglución y respiración/oxigenación con muy pocos meses de sedestación adaptada a la persona.
Además, te prometo que estos cambios no entienden de edad, patología o condición. Siempre que la persona esté dispuesta a dar el cambio y haya un trabajo en red profesionales-familia, se encuentran los recursos adecuados a las características de las personas.
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